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Dispraxia: conoce la afección que padecen Daniel Radcliffe y Cara Delevingne

La dispraxia puede afectar la coordinación ¡y más! Conoce este problema que comparten Daniel Radcliffe y Cara Delevingne.

En 2008, en pleno furor por la película Harry Potter, Daniel Radcliffe, su protagonista, compartía con la prensa que algo no iba bien con su cuerpo. El tiempo pasó y fue entonces la supermodelo y actriz, Cara Delevingne, quien, durante una entrevista con la revista Vogue, decidió confesarle al mundo cómo, de niña, escribir le resultaba complicado y, los exámenes, una pesadilla.

¿Qué tienen ambos en común? Una misma enfermedad psicomotriz: la dispraxia. Descubre qué es, sus síntomas y cómo se trata.

Descifrando la dispraxia

La dispraxia se caracteriza por dificultades para controlar los músculos, lo cual genera problemas de movimiento y coordinación, lenguaje y habla. Puede afectar también el aprendizaje, describe la Asociación de Discapacidades del Aprendizaje de América.

“Estaba teniendo dificultades en la escuela, era una porquería en todo, sin talento discernible”, señaló Radcliffe acerca de sus años escolares, según el periódico británico Daily Mail. Esto no sería infrecuente entre las personas con dispraxia.

Los síntomas

Suelen variar con la edad, según el sitio Medical News Today:

• Primera infancia. El bebé o niño muy pequeño puede demorar más que el resto en sentarse, gatear, caminar, hablar, pararse, aprender a usar la bacinilla y desarrollar el vocabulario.

Luego, podrían aparecer problemas para hacer movimientos sutiles al, por ejemplo, atarse el calzado o vestirse; hacer actividades en el playground, como saltar o patear un balón; desempeñarse en la escuela a la hora de cortar con tijera, colorear o dibujar; mayor tendencia a chocarse con objetos o a dejarlos caer; complicaciones para concentrarse o aprender nuevas habilidades, entre otros síntomas tempranos.

• Infancia tardía. Podrían mantenerse algunas de las dificultades mencionadas. Y, además, el niño podría tener problemas para estudiar cuando hay más escolares alrededor, reaccionar por igual a todos los estímulos por no poder diferenciar cuáles son irrelevantes, tener dificultades con matemáticas y escritura, tardar más tiempo en escribir, no seguir y recordar instrucciones, y organizarse mal.

• Adultez. Las personas con dispraxia se caracterizarían por tener mala postura y fatigarse, hallar difícil realizar tareas cotidianas, tener problemas para escribir o dibujar, dificultad para coordinar ambos lados del cuerpo, hablar poco claro, sufrir torpeza, encontrar desafiante el vestirse y acicalarse, tener mala coordinación visual y menor sensibilidad a las señales no verbales, complejidad para planificar y organizar pensamientos y tareas, problemas para dormir, dificultad para distinguir los sonidos del ruido de fondo, y  falta de ritmo al bailar o ejercitarse.

Esta condición también podría generarles extrema sensibilidad a los sabores, la luz, el tacto y/o el sonido, falta de conciencia sobre posibles peligros, cambios de humor y comportamiento errático.

¿Cómo se trata?

Aunque no existe cura, sí hay estrategias que podrían ayudar, asegura la Fundación de Dispraxia Británica. Entre ellas:

• Terapia ocupacional, que trata la motricidad fina y las habilidades de percepción, así como las actividades de la vida cotidiana, como las tareas del hogar y de organización.

• Terapia del habla, para trabajar los problemas del lenguaje, la comunicación y las habilidades sociales.

Como muchos de los síntomas mencionados no son exclusivos de las personas con dispraxia, y no aparecerían todos simultáneamente, si crees que algo podría no marchar bien con tu salud, consulta al médico.

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