Que llevar una alimentación equilibrada es clave para cuidar nuestra salud no es una novedad. Sin embargo, la dieta mediterránea en particular nos ayudaría a evitar problemas específicos. ¡Entérate!
Una dieta protectora
Los adultos mayores que siguen la dieta mediterránea o una similar presentarían mejores condiciones cognitivas y menos probabilidades de deterioro, según un estudio publicado en el Journal of the American Geriatrics Society.
Los autores, de la Universidad de California en San Francisco, hicieron evaluaciones cognitivas, que incluyeron pruebas de memoria y atención. Estos fueron algunos resultados del estudio, según recopila el sitio Medical News Today:
- Mejores puntuaciones. Quienes se apegaban más a la dieta tenían un 35% menos de posibilidades de obtener resultados negativos en las pruebas.
- Más salud. La incidencia de deterioro cognitivo fue menor entre quienes seguían este régimen.
Estos hallazgos “pueden tener implicaciones importantes en la salud pública, para preservar la cognición durante el envejecimiento”, opinó Kristine Yaffe, coautora del estudio, según el sitio mencionado.
¿Cómo es la dieta mediterránea?
Incluye comidas típicas de Grecia, España y las regiones del sur de Italia y Francia: todos países con costas en el Mar Mediterráneo, detalla el sitio WebMD.
Estos son algunos alimentos incluidos en este tipo de régimen:
- Pescado
- Frutas
- Vegetales
- Frijoles
- Panes de grano entero
- Nueces
- Aceite de oliva.
En cambio, las carnes, los quesos y los dulces están limitados.
Más beneficios
Además de protegerte del deterioro cognitivo, la dieta mediterránea mejoraría la salud del corazón y reduciría los riesgos de contraer cáncer, según Medical News Today.
¿La razón? Muchos de los alimentos del menú son ricos en grasas monoinsaturadas (saludables), fibra y ácidos grasos Omega-3.
¿Quieres adoptar esta alimentación?
Aquí te acercamos algunos consejos del sitio WebMD:
- Incorpora una variedad de frutas y vegetales. Uvas, arándanos, tomates, brócoli, pimientos, higos, aceitunas, espinacas, berenjenas, frijoles, lentejas y garbanzos.
- Elige productos de grano entero. Avena, arroz y pan integral, pasta y cuscús.
- Recorta las grasas. Consume menos mantequilla y otros productos de origen animal, como la carne y los lácteos hechos con leche entera.
- Dile SÍ al pescado. Come al menos dos veces por semana atún, salmón, caballa, trucha de lago, arenque o sardina.
Recuerda consultar a un médico antes de implementar cambios en tu alimentación, o si tienes dudas sobre tu salud.
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