Tanto tu hijo como tú están muy entusiasmados: ha llegado el momento de que aprenda a nadar. Pero, antes de dar el gran paso, toma en cuenta estos errores clásicos que deberías evitar.
A ahogar esos errores
Antes que nada, evita equivocarte de la siguiente forma:
1. No te muestres desinteresado ni impasible al entrar a agua
Eso es: aunque creas que ayudas a tu hijo con esa actitud, hacer de cuenta que “no pasa nada”, no lo ayudaría. Mejor, crea un ritual en torno a la piscina, como colocarle el pañal de nadar, ponerle el traje de baño y aplicarle factor solar.
“Tener una rutina de piscina le enseñará a tu hijo que ese lugar no está hecho para meterse en cualquier momento, y podría reducir las chances de que el niño se sienta tentado a nadar sin que te des cuenta”, dijo la directora ejecutiva de la Asociación de Escuelas de Natación (USSSA por sus siglas en inglés), Sue Mackie, a Parenting.
2. No dejes que sea tu niño quien decida cuándo entrar a la piscina
Creen algún tipo de clave o código verbal que el niño deba recibir antes de ingresar. Esto sería útil para crear una barrera más y evitar así que se sumerja sin tu supervisión, indica Mackie.
3. No uses elementos flotadores o “bracitos” inflables en piscinas
Si bien están diseñados para evitar que se ahoguen y siempre deben usarse en aguas abiertas (como un lago o el océano), no deberías ponérselos en la piscina, ya que le darían al niño un falso sentido de seguridad. Además, podrían fácilmente deslizarse y salirse por completo. En vez de eso, enséñale a los niños cómo ubicar, nadar hacia y trepar el muro de la piscina o subir la escalera para ponerse a salvo, recomendó la experta.
4. No le pongas siempre antiparras al enseñarles a nadar
Debe saber también cómo abrir los ojos en caso de caer, y encontrar así un escalón o forma de salir a salvo.
5. Si tú tienes miedo, no se lo transmitas
Si ves que pone todo su rostro bajo el agua, no entres en pánico, ya que lo asustarás. Para estar mejor preparado, a los más pequeños te convendría hacerles practicar con el agua de la tina y proponerles hacer burbujas. Esto los podría hacer sentir más seguros en ese elemento.
6. No te olvides de marcar la zona de profundidad y la más superficial
Puedes colocar una soga o marca para que tu niño la vea y sepa hasta dónde llegar, propone la revista Parents.
7. No te confíes, sobre todo en aguas abiertas
Si están en la playa o en un lago, presta atención extra. Aunque tu hijo ya se maneje bien en la piscina, las aguas abiertas podrían ser totalmente diferentes para él.
Y recuerda: mantenlo bajo constante supervisión cuando esté cerca del agua, instala cercos y barreras alrededor de la piscina, y aprende RCP (primeros auxilios). Y cuando ambos estén listos, apúntalo en lecciones de natación.
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