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Por qué tener un perro ayudaría a los niños a estresarse menos

Tener un perro como mascota, ¿puede funcionar como tratamiento para el estrés? Un grupo de investigadores estudió su efecto en niños.

Hay una creencia popular de que tener un perro como mascota puede ser positivo para la familia, en especial para los niños. Recientemente, un equipo de investigadores quiso verificar si eso era cierto ¡desde la ciencia! ¿Pueden los perros funcionar como tratamiento para el estrés? Checa sus hallazgos.

Tranquilizante canino

Tener un perro como mascota podría proveer apoyo social a los niños cuando están estresados, descubrieron los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Florida.

Unas 100 familias con hijos de siete a 12 años asistieron al laboratorio de la universidad con sus perros para participar del estudio, que fue publicado en la revista científica Social Development.

Que el perro esté presente mientras el niño está atravesando una experiencia estresante podría bajar los niveles de estrés del pequeño, explicó Darlene Kertes, parte del equipo de investigación, en un comunicado de prensa. En ese sentido, la mascota podría llegar a ser hasta más efectiva ¡que los propios padres!

La clave: el modo de interactuar

Los resultados también mostraron que la incidencia de los perros en el nivel de estrés de los niños dependería del tipo de interacción que tengan. Los niños que solicitaron de forma activa a sus perros que se acercaran para acariciarlos durante el estudio, habrían mostrado niveles más bajos de cortisol (hormona del estrés) que aquellos que interactuaron menos con sus mascotas.

En cambio, en los casos en que los perros estaban merodeando o se acercaron a los niños por su cuenta, sin ser llamados, los niveles de cortisol habrían sido más altos.

La importancia del estudio

"La infancia media es una época en que las figuras de apoyo social de los niños comienzan a expandirse más allá de sus padres, pero sus capacidades emocionales y biológicas para enfrentar el estrés todavía están madurando", explica Kertes.

Además, el modo en que aprendemos a lidiar con el estrés cuando somos niños tendría consecuencias en cómo lo manejamos como adultos. Por esas razones, sería fundamental conocer más sobre las mejores estrategias para que los niños manejen el estrés.

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