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5 datos sobre los mocos ¡que te sorprenderán!

Los mocos nasales son más que molestos “intrusos” en nuestras vías respiratorias. Conoce qué son, cómo se forman, ¡y más!

Divertimento para los niños y un fastidio cuando enfermamos, los mocos tienen una función muy importante en nuestro cuerpo. Sigue leyendo para conocer cuál es, cómo se forman ¡y más datos interesantes!  

Tener mocos, es natural ¡y normal!

 
El mucus, como se conoce médicamente a los “mocos”, es una sustancia gelatinosa que protege nuestro cuerpo. ¡Y todo el mundo lo tiene! De hecho, nuestro cuerpo está permanentemente produciéndolo, aseguró el Dr. Richard Lebowitz, consultado por el sitio LiveScience. Tan pronto como estornudamos una parte, las gándulas mucosas que recubren la nariz, garganta y pulmones, fabrican más.

¿Para qué los necesitamos?

Los mocos tienen el importante trabajo de mantener la nariz húmeda y calentar el aire que respiramos. Además, protegen los pulmones de pequeñas partículas como polvo, polen y gérmenes, que se introducen en el cuerpo al respirar, detalla el sitio KidsHealth, de la Fundación Nemours. Es decir, contribuyen a evitar que éstos se irriten o infecten.

Ocurre que, cuando alguna partícula ingresa al cuerpo, el mucus la rodea junto con algunas de las pequeñas vellosidades (cilia) que tenemos en la nariz. Luego, se va desplazando hacia la parte delantera de la nariz o al fondo de la garganta, donde puede eliminarse.

¿Cuánto moco es demasiado?

El tracto respiratorio produce más de un litro (33.8 fl oz) de mucus al día, según dijo Lebowitz. Y cuando todo marcha bien, el cuerpo es muy hábil deshaciéndose de él: aunque no lo notemos, estamos permanentemente ¡tragándonoslo! Pero, al enfermar, el moco se vuelve más espeso y hasta podría fabricarse mayor cantidad.

Cuando no nos sentimos bien, y a pesar de sonarnos la nariz, la sensación de estar cargados podría mantenerse. Pero esto no se debe al moco en sí mismo, sino a una inflamación del tracto por el que éste pasa.

¿Por qué cambia de color?

En ocasiones, la claridad de los mocos puede “mutar” a una tonalidad verde, amarilla o incluso rojiza o amarronada. ¿Qué significa esto?

Según WebMD, cuando nos engripamos, el sistema inmune envía glóbulos blancos (neutrófilos) a la zona afectada. Como estos tienen unos componentes verdosos, en grandes cantidades, pueden dar al moco este color.

Por su parte, los colores rojizos o amarronados suelen deberse a pequeñas trazas de sangre que se generan cuando la nariz se seca o irrita de tanto limpiarla o tocarla.  

Así que ya sabes, la próxima vez que tengas mocos, ten paciencia y recuerda que son tus aliados para estar saludable. Pero ante cualquier cambio significativo en la cantidad o consistencia, o si tienes dudas, consulta al médico. 

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