Si alguna vez dudaste sobre si mandar o no a tu hijo enfermo a la escuela, no estás solo. Al parecer, a muchos padres les sucedería, ya que no todos compartirían los mismos criterios para definir si su hijo está lo “suficientemente” enfermo como para no asistir a clases, según halló un estudio. Entérate más.
Una duda más frecuente de lo que imaginas
No eres el único que frente a media rayita de más en el termómetro, alguna descarga de agua de la nariz, o incluso estornudos, duda si debe enviar o no a su hijo al colegio. Por lo visto, los padres suelen hacerse estas preguntas por varias razones, como encontró una encuesta realizada por el Hospital de Niños C.S.Mott, de la Universidad de Michigan, en 2016.
Lo que se les consultó a 1,442 padres con hijos de 6 a 18 años, es su experiencia con este tipo de dilema: enviarlos o no a la escuela a pesar de estar enfermos. Los resultados del relevamiento arrojaron estos porcentajes:
- El 75% de los padres reportó haber dejado en casa al menos una vez a su hijo en ese año.
Los motivos, frecuentemente eran temas de salud:
- El 60% de ellos temía que sus hijos empeoraran al asistir a clases.
- El 47% pensaba en que no se enfermaran por esa causa los demás niños.
- Otros (un 37%), opinaron que hacer que el niño perdiera un examen podría ser un factor importante en negarse a la ausencia, y un 6% dijo lo mismo sobre las actividades escolares en general.
- Un 11% dijo que era muy importante para ellos (los padres), no perder un día de trabajo.
- Un 18% señaló que no tenía posibilidades de encontrar a alguien que se quedara con su niño enfermo mientras ellos iban a trabajar. Sin embargo, este problema era menor cuanto más grande era el niño. El 32% de los padres dijeron que dejaban solo a su hijo en casa cuando se enfermaban.
- Los que más pensaban en los temas de salud para tomar la decisión, eran los padres de niños de 6 a 9 años, comparados con aquellos cuyos hijos eran adolescentes (14 a 18 años).
Síntomas al decidir
Por otra parte, se encontró que los síntomas específicos del chico jugaban un rol importante a la hora de determinar si se quedaban o no en casa:
- La mayoría (un 80%) no enviaría a su hijo con diarrea.
- Un 58% dijo que no lo haría si tuviera vómitos.
- Un 49% no mandaría a su hijo a la escuela si éste tuviera un poco de fiebre, aún si actuara normalmente.
- Pocos padres se negarían a que falte si el niño tuviera ojos rojos y acuosos y nada de fiebre (un 16%), y el 12% no dejaría ausentarse a un niño cuya nariz perdiera algo de agua, o tuviera tos seca y nada de fiebre.
¿Cómo decidir?
Si a ti también te cuesta tomar la decisión, toma nota de los consejos que da el sitio KidsHealth, de la Fundación Nemours:
Hazte la pregunta: ¿Puede mi hijo participar de las actividades escolares en este estado? Quizás un dolor de garganta, algo de tos o un poco de congestión no se lo impidan. Si estuvo toda la noche tosiendo, probablemente no deba ir.
- Nunca envíes a un niño a la escuela con fiebre, vómitos (o náuseas) y/o diarrea.
- Si pierde el apetito, se ve letárgico o diferente a lo usual, también debería quedarse en casa.
- Si tienes dudas, puedes checar además con la enfermería de la escuela o guardería. Muchas tienen reglas al respecto, por ejemplo, no permitirían a niños con conjuntivitis, o a niños cuya fiebre se le haya ido al menos 24 horas antes.
¡Confía en tu instinto! Después de todo, nadie conoce tan bien a tu hijo como tú. Y consulta con su médico ante cualquier duda.
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