Los problemas de aprendizaje estarían relacionados con una deficiencia de vitamina D. Es por eso que durante el embarazo, las mamás deberían asegurarse de obtenerla de alguna fuente, ya sea la luz del sol, alimentos y/o suplementos. Te contamos lo que encontró un estudio.
Concebidos en invierno
Las dificultades de aprendizaje serían más comunes en niños concebidos durante enero y marzo, tres meses muy fríos y oscuros en países como Escocia e Inglaterra, halló un estudio publicado en la revista científica The American Journal of Epidemiology.
Al obtener una proporción de 8.9% de los concebidos en estos meses contra los 7.6% que lo habían hecho entre julio y septiembre, se encontró un factor común entre los nacidos en los meses con menos sol: tenían más chances de desarrollar algún problema de aprendizaje.
Así, los investigadores vieron en la escasa luz solar que recibían estas mujeres embarazadas, un motivo posible para las dificultades de aprendizaje de sus hijos. Entre ellos, se dieron con mayor frecuencia: autismo, dificultades intelectuales y de aprendizaje, como dislexia.
“Estos hallazgos subrayan la importancia de que los profesionales de la salud recomienden vitamina D, y la importancia de que las mujeres cumplan el tratamiento para optimizar sus chances de tener un niño sano”, señaló Gordon Smith, jefe del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Cambridge, en un comunicado de prensa publicado por el sitio de la Universidad de Glasgow.
Sin embargo, debe destacarse que no había relación entre la estación del año en que habían sido concebidos estos niños, y otros problemas de aprendizaje de otros tipos, como visuales, de oído, o enfermedades físicas.
Deficiencia de Vitamina D
Pero esta asociación entre los niveles bajos de vitamina D y las discapacidades de aprendizaje ya había sido registrada, aunque no relacionada con la etapa de la concepción. Un estudio de 2014 publicado en The British Journal of Psychiatry, por ejemplo, dio cuenta de que las personas con este tipo de problemas de aprendizaje también tenían un alto índice de fracturas y osteoporosis, un signo de deficiencia de vitamina D.
Algunas otras fuentes, más allá del sol
La luz solar, necesaria para generar la vitamina D, podría ser contraproducente en exceso, por los riesgos que representaría para tu piel, según señala el sitio Baby Center. Por eso, algunos profesionales sugieren a las embarazadas obtenerla también de otras fuentes, como:
- Aceite de hígado de pescado
- Pescados grasosos
- Huevos
Sin embargo, también puedes recurrir a los alimentos fortificados con ella, como:
- Queso
- Yogur
- Cereales
- Leche
Checa la etiqueta de los productos para asegurarte de que así sea. Además, puede que tu médico te recomiende un suplemento.
Como sea, consulta siempre con él antes de introducir un cambio en tu alimentación o rutina de exposición solar, o si este tema te genera dudas.
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