El sábado 17 fue un mal día para muchos residentes de Nueva York. Una explosión, que según explicó el intendente Bill de Blasio, parecería haber sido intencional, ocurrió en el vecindario de Chelsea, lastimando a 29 personas y destrozando propiedad privada, dejando ventanas rotas, hogares dañados, subterráneos cerrados, y calles bloqueadas.
Pero, como muchas veces ocurre, la comunidad se unió para hacer lo posible para ayudar a los afectados.
Una noche gratis
El Standard High Line hotel ofreció a los residentes de Chelsea que viven cerca del sitio afectado, una noche en una de sus bellas habitaciones. Así, quienes vivieran en la calle 23 entre las avenidas Sexta y Séptima, y llevaran prueba de su residencia, recibirían esta ayuda para pasar el mal trago.
Además, el hotel obsequió a las víctimas una rica cena (de hasta $150 dólares) en su restaurante, Standard Grill, y dos tickets para el bar cercano, Standard Beer Garden.
Aparentemente, la oferta del hotel fue bien recibida por los vecinos: tanto así que, debido a la gran cantidad de solicitudes, Standard High Line Hotel debió pedir a otros establecimientos que se sumen a la iniciativa para acomodar a la gran cantidad de afectados, como dejó saber en su cuenta de Instagram.
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Alimento y bebidas
Por su parte, la Cruz Roja ofreció comidas a los residentes de un centro de vivienda asistida ubicado en la calle 23, ya que la cafetería se habría dañado a causa de la explosión, según el portal de noticias Pix11.
Jose Collado, uno de los dueños de un restaurant llamado Malibu Diner, abrió el establecimiento a pedido del intendente, tal como se detalla en The New York Times. “Las personas ciegas (que residen en el centro de vivienda asistida) dijeron que si no abríamos, no podían comer”. La Cruz Roja fue quien se encargó de distribuir los alimentos.
Además, la organización sin fines de lucro también proveyó alimentos y bebidas para los que brindaron su ayuda en la escena.
Es en momentos tristes como este, que nos alegramos de que personas comprensivas y generosas presten su ayuda, ¿no crees?
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