Una nueva y sencilla estrategia podría ayudar a prevenir tanto la obesidad como los desórdenes alimenticios en los adolescentes, de acuerdo a nuevas directivas de la Academia Americana de Pediatría. ¡Conócela!
La forma adecuada
Evidencia científica resumida en las nuevas recomendaciones, muestra que tanto los profesionales de la salud como los padres pueden ayudar a evitar este tipo de problemas en los jóvenes evitando dirigir su atención hacia el peso o a las dietas, y en su lugar, promoviendo un estilo de vida balanceado y saludable.
Estas propuestas aplican a todos los adolescentes, no solo a aquellos con problemas de peso o alimenticios. De ellas, tres se centran en los comportamientos a evitar:
- Los padres y los doctores no deberían incentivar a los jóvenes a que hagan dietas.
- Tampoco deberían hablar sobre el peso: ni el suyo ni el de los adolescentes.
- No deberían hacer bromas con ellos sobre su peso.
Otras dos recomendaciones se enfocan en aquellos hábitos que deberíamos promover:
- Los padres deberían crear situaciones regulares de comer en familia.
- Podrían ayudar a los niños a desarrollar una propia imagen corporal saludable al fomentar que lleven una dieta balanceada y que hagan ejercicio para estar en forma (y no para perder peso).
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¡Un tema importante!
Seguir estas propuestas, que recientemente fueron publicadas en la revista científica Pediatrics, sería crucial, en parte porque aunque las estadísticas de obesidad en la niñez han empezado a decrecer, el porcentaje de adolescentes obesos se mantiene estable, como se explica desde el portal de noticias médicas Eureka Alert.
Así, ayudar a los jóvenes a mantener un peso saludable sin que se desvíen hacia la obesidad o a un desórden alimenticio podría ser más difícil que con los niños.
“Los adolescentes también están preocupados por otros asuntos, como recibir las bromas de sus pares o los dilemas de imagen corporal”, explicó Neville Golden, profesor de pediatría en la Universidad de Stanford y autor principal de estas directivas. Además, agregó que “una niña de 3 años no se preocuparía si está apenas subida de peso, mientras que un adolescente podría probar métodos de pérdida de peso no saludables, como ayunos y pastillas para adelgazar, y terminar en un círculo vicioso y volver a subir”.
Si tienes dudas sobre este tema, y antes de modificar tu comportamiento o tu dieta, así como la de tus hijos, no dejes de consultar con un profesional de la salud.
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