Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, WhatsApp... Las apps y redes sociales tienen a los adolescentes híper conectados. Pero, mientras que algunos navegan la situación con felicidad, tantísimos otros podrían sentirse estresados, ansiosos y agobiados online. ¿Lo empiezas a notar en casa? Esto podría estar pasándoles.
FOMO: un mal moderno
Aunque los adultos a veces le restemos importancia, la ansiedad generada por la vida online no es broma. Por el “Fear of Missing Out” (FOMO) muchísimos adolescentes revisan sus teléfonos cada dos minutos, para asegurarse de no estar perdiéndose “algo importante”, explica la psicóloga Linda Sapadin en el sitio PsychCentral.
Esa naturaleza constante de las redes sociales puede llevar a los niños a sentir que necesitan revisarlas y responder a los mensajes de forma permanente, agrega la organización Common Sense. Así, podrían terminar durmiendo mal, con ansiedad y hasta depresión.
¿Cómo puedes ayudarlos?
Common Sense propone:
• Escúchalos. Para tus hijos, las redes podrían significar su vida social. Por lo que, cuanto más les demuestres que te importa el tema, más abiertos estarán a compartir sus sentimientos.
• No los juzgues. Snapchat puede parecerte algo tonto, pero para los teens y tweens, conectarse con sus pares es parte normal del desarrollo.
• Estimula su vida offline. El FOMO puede restarles autoestima. Promueve que hagan aquello que los hace únicos, como deportes, actuación o trabajo voluntario. Podrían compensar así los altibajos emocionales que sufren online.
• Establece límites sobre cuándo y dónde pueden usar su laptop y/o móvil. Empieza por apagarlos a la hora de dormir y guardárselos para evitar que se acuesten tarde. Podrías sugerirles, además, que avisen a sus amigos que no esperen un mensaje en esos horarios.
• Cambia el foco. ¿Se sienten abrumados? Ayúdalos a concentrarse en el lado positivo de las redes sociales, por ejemplo, el aspecto creativo de Instagram (concursos de fotos y otros).
• Hazles preguntas abiertas. Podrías ayudarlos a reflexionar qué está mal. Por ejemplo: “¿Qué pasaría si apagaras tu teléfono por una hora?”, “¿Hay algún hábito que te gustaría cambiar?”, “¿Y si te premiaras por no checar tu móvil por un determinado lapso de tiempo?”.
MIRA TAMBIÉN:
Niños y redes sociales: cuál es la edad recomendada para que empiecen a usarlas
Snapchat: todo lo que debes saber sobre esta app que tus hijos aman